viernes, 6 de mayo de 2011

Los pies en el suelo y el zapato en la Asamblea


Cada día me siento mas orgullo y feliz de haber apostado y dedicar parte de mi vida a un proyecto político, totalmente diferente a lo habitual.
Después de un tiempo en el dique seco, por desencanto con la realidad de una organización que llego a ilusionarme en mi juventud, encontré un discurso que parecía un calco de lo que pululaba por mi inquieto cerebrillo de persona optimista, ilusionada y convencida de que no hay que quejarse, sino actuar.
Hoy, en una de mi fechas favoritas en el calendario democrático, me he sentido rodeado de gente que sin buscar nada a cambio apuesta por el cambio, se moja por mejorar nuestra ciudad, deja el sofá de casa para luchar por algo, aparca el miedo para defender sus ideas y da el paso de etiquetarse en un color que no ofrece prebendas… es lo que nosotros llamamos Marea Magenta.

Escuchar a un candidato, que lejos de triunfalismos y con toda sinceridad, habla de llevar la cordura a la Asamblea y hacer llegar el mensaje a quien no nos conoce, ratifica mi sensación de que estoy en el equipo adecuado. No será el equipo ganador, pero es el que me gusta a mí y cada día a mas gente, señal de que algo estamos haciendo bien.

Tener los pies en el suelo es muy bueno en política, además de poco habitual, lo que lo hace aun mas atractivo para las personas que apostamos por ese cambio.

Suerte que esta forma de ser, políticamente hablando, nos garantice que en unos días tendremos algo mas que un zapato en la Asamblea.

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